HIDROLOGÍA
La zona de estudio, pertenece a la Cuenca Hidrográfica del Sur, que conforma una franja paralela al Mar Mediterráneo con una longitud de 350 km y una anchura media de unos 50 km, ocupando una superficie aproximada de 18.425 km2.
Desde el punto de vista orográfico, la zona de estudio, constituye una zona costera, situada a los pies de un gran macizo carbonatado, la Sierra de Gádor. En este contexto, los ríos se adaptan en cada momento a la naturaleza de los materiales por lo que discurre. Así, los cursos altos, aprovechan las líneas estructurales del relieves y los contactos con rocas blandas, y los cursos medios y bajos se encajan sobre los materiales neógenos (limos, arenas, conglomerados). Este tipo de hidrografía permite diferenciar varios tipos de redes hidrográficas. Las existentes en la zona son redes de carácter dendrítico y cierta jerarquización, que reciben aportes esporádicos, y redes denominadas en peine que consisten en cursos cortos y esporádicos. Ambas típicas de
zonas áridas y subáridas.
La cuenca hidrográfica del sur, en base a sus principales cursos de agua es divida en varios sistemas y subsistemas. El Campo de Dalías se incluye en el sistema III y dentro de éste, al subsistema III-4, cuyo cauce principal es el río Adra. Al este de la cuenca, en la vertiente meridional de la Sierra de Gádor los cursos presentan pendientes muy fuerte, con barrancos alineados en la dirección N-S hasta alcanzar la llanura, donde la pendiente es mucho menor.
La gran mayoría de los cursos terminan perdiéndose antes de llegar incluso a tener contacto con el mar, ya que se infiltran los recursos, a excepción de la Rambla del Loco. Dada el alto grado de permeabilidad que presentan los materiales de la llanura y la topografía, la escorrentía superficial a penas es importante, por lo que la escorrentía mayoritaria es subterránea.
Los valores de escorrentía total superficial y subterránea se estiman en unos 51-72 hm3/a. Este hecho condiciona la escasez de obras hidráulicas de regulación en superficie, por lo que el transporte de agua se realiza a través de conducciones.
El dispositivo fluvial existente en el Campo de Dalías responde al de rambla. Consiste en cauces, que permanecen prácticamente secos a lo largo de todo el año. Representan los canales por los que han circulado corrientes, generalmente durante poco tiempo, que fluyen como respuesta a las precipitaciones.
La topografía y el carácter endorreico del campo, existen áreas concretas del término municipal, algunas muy próximas a las zonas de estudio, consideradas potencialmente inundables. Consiste en áreas deprimidas, en las que se produce el almacenamiento de recursos hídricos, fundamentalmente de precipitación. La presencia de un nivel impermeable (generalmente un nivel margoso) en la base garantiza la permanencia de las aguas. Este tipo de áreas están localizadas al sur del núcleo de El Ejido y Santo Domingo y una de mayor entidad al norte de Las Norias (Balsa del Sapo).
Otras áreas de estas características se sitúan próximas al núcleo de San Agustín. Además de éstas, existen zonas encharcadas permanentemente, debido al afloramiento del nivel freático en ese punto. Se trata del conjunto de salinas de Cerrillos o las Salinas de Guardas Viejas.
Principales acuíferos del Campo de Dalías
HIDROGEOLOGÍA
La aridez es la cualidad climática que define al conjunto de este territorio, sobre el que se han desarrollado suelos, en general, pobres en materia orgánica, que conjugan un régimen arídico de humedad, con aportes por precipitación producidos de forma frecuentemente torrencial y unas pendientes en general muy suaves. La agricultura intensiva se beneficia de una temperatura, en general, óptima para las distintas fases de los cultivos hortícolas.
En el macizo carbonatado de la Sierra de Gádor que telona la llanura del Campo por el norte se originan las precipitaciones de la subcuenca, las cuales descienden a la llanura a través de cursos de pronunciada pendiente, con barrancos alineados en la dirección N-S, los cuales, sin embargo, no alcanzan el mar, y terminan infiltrándose en la llanura, a excepción de la Rambla del Loco. Debido al alto grado de permeabilidad de los materiales, así como a la suave topografía de la llanura, la escorrentía superficial es apenas importante, siendo las escorrentías mayoritaria de origen subterráneo y perteneciente al
llamado Acuífero del Campo de Dalías.
Estos aspectos son determinantes de la configuración del ciclo integral del agua de esta comarca, en la que los recursos subterráneos son extraordinariamente importantes y protagonistas casi exclusivos del comportamiento hidrológico del sistema.
Revisión Histórica de la problemática hidrológica del Campo de Dalías
El vertiginoso desarrollo económico de la comarca del Poniente, y en particular del Campo de Dalías en el que se ubica el municipio de El Ejido se ha basado en un aprovechamiento intensivo de la potencialidad agrícola de la región, favorecida por la benigna termometría y la aparente abundancia de aguas subterráneas.
Sin necesidad de un suelo desarrollado y con un decidido apoyo de la Administración, se ha llegado en la actualidad a cubrir del orden de 25.000 ha con plásticos, de las cuales, el 50%, esto es, 12.500 ha, se localizan en el municipio de El Ejido.
El agua subterránea ha sido uno de los soportes básicos de este desarrollo, que ha traído consigo un continuo crecimiento no sólo de la superficie regada, sino también de la población fija de la comarca, y del turismo, produciéndose, en consecuencia un vertiginoso aumento de la demanda de agua. Las consecuencias de este desarrollo sobre los recursos hídricos subterráneos comenzaron a manifestarse al principio de los años 70 con los primeros indicios de sobreexplotación del acuífero y se hicieron evidentes en el año 86 con la declaración de acuífero sobreexplotado.
En este contexto, se ha considerado fundamental en el marco de la revisión de este PGOU, y para proceder al planteamiento de los escenarios de gestión de la demanda y aumento de la oferta, realizar una pequeña recapitulación de lo que es hoy la problemática hidrológica del Campo de Dalías. La información ha sido recabada de trabajos llevados a cabo a lo largo de estos años por las Administraciones con competencias sectoriales, el Instituto Geominero de España (IGME), y la Universidad de Almería, con especial referencia a dos publicaciones:
Situación de los acuíferos del Campo de Dalías en relación con su declaración de sobreexplotación. Domínguez Prats, Patricia y González Asensio, Angel. 1995. Instituto Geominero de España Problemática hidrológica del Campo de Dalías (Almería). Molina, L.,Pulido Bosch, A. Calaforra, J.M, Navarrete F y Martín Rosales, W.1999. Universidad de Almería
Esquema hidrogeológico
Los sucesivos estudios realizados sobre este acuífero han permitido obtener un conocimiento más riguroso del mismo y su funcionamiento, de manera que se sabe a ciencia cierta su consideración dentro del subsistema sur de la Sierra de Gádor, constituido a su vez por un conjunto de acuíferos o subacuíferos interrelacionados entre sí y con una distribución espacial que incluye la superposición de hasta tres de ellos en extensas zonas de llanura, con muy marcadas diferencias de funcionamiento y respuesta a la explotación. Se encuentran comprendidos en la Unidad Hidrogeológica 06.14 y vertiente sur 06.13.
De forma simplificada, y en extensión superficial, se pueden diferenciar tres unidades hidrogeológicas: Balerma-Las Marinas, Balanegra, y Aguadulce.
La Unidad de Balerma-Las Marinas ocupa el área centro-sur del Campo y prácticamente todo el territorio del término municipal de El Ejido. El IGME la denomina Acuífero Superior Central (ASC).
La Unidad de Balanegra ocupa los alrededores de esta localidad que justifica su nombre y es denominada por el IGME Acuífero Inferior Occidental (AIO), con una diferenciación, si existe el tramo impermeable intercalado, del Acuífero Intermedio Central y, otra al sur, del Acuífero del Horst de Guardias Viejas.
Por último, la Unidad de Aguadulce está ubicada en el extremo oriental del Campo. Es la de mayor complejidad geométrica, aún desigualmente conocida, a pesar de los numerosos datos existentes, y coincide sensiblemente con los denominados por el IGME, Acuífero Inferior, Acuífero Intermedio y Acuífero Superior Noreste.
Las tres unidades definidas en el Campo guardan relación entre sí, en el sentido de conexión hidráulica través de algunos de sus bordes y/o bases. En la actualidad, la unidad de Balerma-Las Marinas alimenta a las otras dos (al N y al W), en cantidades poco importantes respecto a los caudales totales. Las otras dos unidades se ponen en contacto en la mitad meridional, a lo largo de una fractura, considerada en los estudios existentes como límite prácticamente impermeable.
De manera muy simplificada, la reconstrucción del régimen natural de funcionamiento del subsistema hidrogeológico del Campo de Dalías responde al esquema descrito a continuación.
Los acuíferos inferiores se recargaban por infiltración de agua de lluvia útil en la vertiente sur de la sierra que da al Campo, y en menor escala de forma lateral. La descarga se producía directamente hacia el mar por el área de Aguadulce, hacia donde debía confluir la mayor parte del flujo subterráneo de este subsistema. Por el resto de los bordes (sureste, sur y suroeste), la potencia de los materiales confinantes de la cobertera impide la descarga directa al mar desde las dolomías, por lo que tanto el Acuífero Inferior Occidental como el Inferior Noroeste se descargaban también subterráneamente por estos sectores, pero sólo hacia los acuíferos de cobertera, intermedios y/o superiores, por determinadas zonas del contacto lateral con los mismos.
Este último flujo constituiría las recargas principales de los acuíferos intermedios y de los superiores; estos últimos se alimentaban además de la lluvia útil por infiltración de la precipitación directa y desde las escorrentías que alcanzan sus afloramientos. Sus descargas se producían hacia el mar y, por determinados sectores hacia los grupos de acuíferos precedentes.
Evolución de los bombeos en el Campo y repercusiones en la piezometría, funcionamiento y quimismo de las aguas.
Descenso medio en piezómetros en los acuíferos inferiores e isovariaciones medias (en m-año) del nivel piezométrico en los acuíferos detríticos libres del Campo de Dalías. Periodo Feb 81 – Feb 87/88
Hasta el año 1941, que la comarca fue declarada de “Interés Nacional”, los bombeos de los sistemas acuíferos eran de 5-6 hm3, extraídos mediante pozos someros de los acuíferos superficiales en las áreas occidental y oriental. A través de la iniciativa tanto privada como pública, el bombeo en el Campo aumentó considerablemente en los años 50, alcanzando ya unos 30-35 hm3 en 1963/64 y 55-60 en 1973/74, tendencia que continuaría de forma acelerada en los años siguientes; así en el año 1981/82 es de 94 hm3. Durante el período 1984/85 – 1993/94 el volumen medio fue de 127 hm3 y en el año 1994/95 es de 137 hm3; en los últimos años la tendencia es a ir aumentando, al mantenerse el aumento de la superficie cultivada. La intensa explotación se refleja de diferente forma en las unidades acuíferas: descensos piezométricos, deterioro de la calidad, intrusión, salinización, movilización de salmueras, entre otras.
La explotación en los materiales dolomíticos, anterior al año 1960, en algunos sectores era mínima, pasando a ser mayoritaria en el periodo 1970/80.
En la unidad de Balanegra (Acuífero Inferior Occidental), como consecuencia de los descensos piezométricos, en el sector costero, concretamente en la escama de Balsa Nueva, se produjo a partir de 1980 intrusión marina (IGME, 1982), midiéndose conductividades eléctricas de hasta 38.000 mmhos/cm, que han ido aumentando con el paso del tiempo.
En la unidad de Aguadulce, y concretamente en esta localidad, en el año 1981/82 como consecuencia de los descensos piezométricos en el área aumentó la salinidad en algunos pozos e incluso se llegó al abandono de otros. En los años sucesivos la salinidad ha ido en aumento, y en el año 1986 en algunos registros realizados en el sector costero (1992) se midieron conductividades eléctricas iguales a las del agua de mar. Los registros realizados en los piezómetros situados al N de la localidad, en 1996, pusieron de manifiesto que todo el área está prácticamente intruida; como consecuencia, los bombeos se han reducido al mínimo. En el tramo superior del área costera de Aguadulce y Roquetas de Mar comenzó la intrusión en las décadas de los 70/80; actualmente todas las captaciones están prácticamente abandonadas.
A partir año 1993 y debido principalmente a la salinización de las áreas descritas, las perforaciones en esta unidad se concentran sobre todo al pie de Sierra de Gádor (área del Águila), donde se miden actualmente niveles de -25 m snm, y en el Viso-La Gangosa, donde se captan los materiales de Gádor a profundidades comprendidas entre 400 y 700 m; en ésta última actualmente los niveles piezométricos se encuentran entre 6 y 8 m bajo el nivel del mar. Por todo ello, posiblemente se pueda estar produciendo intrusión lateralmente desde el área de Aguadulce o a través del pequeño horst de Roquetas de Mar. Algunos sondeos profundos de éste han encontrado también aguas congénitas salinas.
En la unidad de Balerma-Las Marinas, Acuífero Superficial Central que aflora en el sector central del Campo, según el IGME, en el año 1982 los niveles piezométricos se encontraban a más de 5 m.snm. Los valores más elevados se sitúan a cotas superiores a los 40 m, entre El Ejido-Las Norias-La Mojonera. En esta unidad no existe intrusión marina debido a que se pone en contacto con el mar a través de las margas pliocenas. Sin embargo, los retornos de riego y los vertidos masivos de aguas residuales han producido la contaminación del acuífero, y la mala calidad de sus aguas ha motivado el abandono progresivo de los sondeos.
La intervención pública
La intervención pública en este territorio ha sido muy destacada, iniciándose en el año 1941 con la declaración de parte del Campo de Dalías como Zona de Interés Nacional. Los Planes Generales de Colonización y Transformación se suceden desde 1953 en adelante con el objeto de habilitar nuevos regadíos que aprovechaban las aguas existentes en el subsuelo.
Las investigaciones hidrogeológicas realizadas en los años 70 pusieron de manifiesto la bajada de niveles y perdida de calidad de las mismas. Sin embargo estas investigaciones no tendrán un eco legal hasta 1984, año en el que se promulga el Decreto 117/1984 de 2 mayo de la Consejería de Economía, Planificación, Industria y Energía de la Junta de Andalucía sobre regulación de alumbramientos y captaciones de recursos hidráulicos, y la Ley 15/1984 de 24 de mayo para el aprovechamiento de los recursos hidráulicos escasos a consecuencia de la prolongada sequía, donde se exige la previa autorización administrativa para la ejecución de obras e instalaciones de alumbramiento y elevación de aguas, modificación de los existentes o implantación de nuevas zonas de riego. A partir de este momento se sucederán una serie de prórrogas de esta normativa (Reales Decretos 8/1985, 2618/1986, 1679/1987, 1583/1988 y 1602/1989), destacando el R.D. 2618/1986 del 24 de diciembre por el que se declara provisionalmente sobreexplotado al acuífero del Campo de Dalías.
La declaración de acuífero sobreexplotado obliga a una serie de medidas restrictivas, entre ellas, a no aumentar la superficie cultivada. Esta limitación fue sin embargo inviable en la práctica, a pesar de lo insostenible que resultaba el modelo.
CONSIDERACIONES FINALES
En todos los estudios realizados por diferentes entidades (IARA-Universidad de Granada, 1989; ITGE, 1982, 1989; DGOH, 1987, 1994…..) se ponen de manifiesto la grave situación en que se encuentran los materiales acuíferos del Campo de Dalías, consecuencia de los procesos de intrusión marina, descenso de niveles piezométricos y deterioro de la calidad. A modo de síntesis, las conclusiones de mayor trascendencia de cara a la gestión de las demandas en la comarca del Campo de Dalías son las siguientes:
Ya en el año 93/94, el bombeo bruto en los acuíferos del Campo de Dalías alcanzaba los 126 hm3/año, lo que origina una clara sobreexplotación del conjunto, que se ha estimado del orden de 100 hm3/año, un 200% de lo que hubiera sido posible extraer (del orden de 50 hm3/año).
El origen de esta situación se remonta a algunos acuíferos de cobertera a más de veinte años atrás, a excepción del Acuífero Superior Central. No obstante, hay que tener en cuenta que si se aumenta el bombeo de este último, al perder la carga hidráulica se incrementarían los efectos de la sobreexplotación de los acuíferos a los que recarga lateralmente, por disminuir la misma. Por lo tanto, la sobreexplotación debe entenderse extendida a todos los acuíferos del sistema.
Actualmente más del 80% del agua extraída en el Campo se hace de los acuíferos inferiores, que sufren el mayor incremento anual de bombeo al absorber las nuevas demandas y la sustitución de dotaciones antes servidas por acuíferos de cobertera, en parte salinizados. En dichos acuíferos inferiores, de carácter fisurado y muy transmisivo, acentúa la depresión de niveles: en la actualidad el Acuífero Inferior Occidental (que soporta el 43% del bombeo total del Campo) tiene el nivel de agua a 20-23 m bajo el nivel del mar y en el Acuífero Inferior Noroeste (que soporta el 38% del bombeo global), los niveles oscilan entre 6-12 m bajo el nivel del mar.
Las repercusiones principales que sobre los acuíferos produce la utilización que se está haciendo de los mismos ya se ha venido enunciando desde hace años: consumo de reservas no renovables – con desaturación a techo y sustitución de agua dulce por salada en fondo – y salinización progresiva de las reservas por mezclas con el agua salada.
Esta sobreexplotación reduce la cantidad de recursos disponibles, con carácter sostenible a valores muy inferiores a sus recursos renovables. El Plan Hidrológico establecía valores de recursos disponibles para estos acuíferos en el horizonte 1992 en 25 hm3/año.
El mantenimiento de esta situación supone un alto riesgo que se agrava con el paso del tiempo y el crecimiento de las extracciones.
Los trabajos en curso vienen constatando el avance de la salinidad en profundidad en las zonas actualmente asequibles al seguimiento.
Por otra parte, al tratarse de un medio muy heterogéneo y anisótropo, la pérdida de información sobre el avance de esteproceso en los distintos sectores del Campo, debida a las deficiencias en la red de seguimiento, repercutirá muy negativamente en la toma de decisiones al salinizarse nuevas áreas del Campo por carecerse de conocimientos sobre el medio particular y las variaciones concretas del funcionamiento que han provocado en cada caso la entrada de agua salada.
En unos años será difícil eliminar la falta de garantía de suministro de agua a toda la demanda del Campo, por no disponer de otros recursos de sustitución de bombeos para invertir el proceso de intrusión, por lo que éste continuará generando la salinización y mayor pérdida de garantía de atención a dicha demanda Los proyectos de ampliación de recursos.
En el año 1990, con la Declaración de Interés General de la Comunidad Autónoma de las Actuaciones de Reforma Agraria de la Comarca del Poniente Almeriense, y sobre la base de las deficiencias hídricas de la parte oriental de la cuenca hidrográfica del Sur, se reconoce la necesidad de recurrir a otros aportes al subsistema del Campo de Dalías, que podrían proceder de la propia cuenca (Guadalfeo-Benínar), pero también parcialmente, de otras cuencas, como la del Guadiana Menor, mediante conducción hasta el embalse del Almanzora.
En el año 1995, las pérdidas del embalse de Benínar, que debería de abastecer, tanto a la ciudad de Almería, como al Campo de Dalías, redujeron su capacidad de regulación de 45 hm3 a 25 hm3, por lo que las dotaciones transferidas desde el Guadalfeo al Campo se ven mermadas notablemente, y tan sólo se producen en los años más húmedos (entre el 4-10%).
En relación con las previsiones de transferencias desde el Guadiana Menor, a través de los embalses del Negratín y de Cuevas del Almanzora, el Poniente Almeriense ha quedado excluido del ámbito de influencia del trasvase que sólo afectará a la comarca del Levante desde una infraestructura de regulación que ha sido construida en la Venta del Pobre (Níjar).
En el año 2004 se promulga el Real Decreto Ley 2/2004, de 18 de junio, por el que se modifica la Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan Hidrológico Nacional. Este decreto contempla entre las actuaciones prioritarias y urgentes en la Cuenca Hidrográfica del Sur, el incremento de la disponibilidad de recursos hídricos.
Estas actuaciones, promovidas por la sociedad ACUAMED, se incluyen dentro del Programa A.G.U.A (Actuaciones para la gestión y utilización del agua) y suponen para la provincia de Almería un aumento de 189 hm3 de agua al año, con una inversión de 352 millones de pesetas, de los cuales 226 millones se destinan al incremento de la disponibilidad de recursos hídricos y los 126 millones de euros restantes se invertirán en la mejora de la gestión de los recursos. Como consecuencia de la sobreexplotación conocida del acuífero, las actuaciones proyectadas en el Campo de Dalías se refieren a la ejecución de una desaladora y sus obras complementarias, y a actuaciones de reutilización de aguas residuales.
El 18 de abril de 2005 la sociedad ACUAMED, el Ayuntamiento de El Ejido y la Junta Central de Usuarios del Poniente Almeriense firman un Acuerdo cuyo objeto es fijar los objetivos comunes de las partes y manifestar el interés mutuo en colaborar y negociar de buena fe en un futuro convenio que deba regir las obligaciones y derechos de las mismas con respecto a dichas actuaciones.
Las partes manifiestan su intención de corregir la sobreexplotación del acuífero, aportando nuevas disponibilidades de recursos hídricos mediante la reutilización de aguas residuales depuradas y la desalación de agua de mar.
El calendario previsto convoca la exposición pública del proyecto informativo de la desaladora para el próximo mes de julio, con una capacidad anual de 10hm3 si bien los diseños modulares permitirán aumentar dicha capacidad en función de las necesidades.